La puntuación de cada lead se decide mediante un algoritmo de lead scoring, que tiene en cuenta el interés del cliente por nuestra marca y su grado de correspondencia con el cliente ideal o buyer persona. Lo ideal es que cada marca elabore su propio algoritmo de lead scoring. Por ejemplo, podemos tener en cuenta la información demográfica que ha facilitado el lead a través de un formulario, las acciones que ha llevado a cabo en nuestra web o sus interacciones con la marca en otros canales.
En función de la puntuación obtenida, podemos clasificar a los leads en diferentes categorías:
Leads no cualificados: no se ajustan a lo que estamos buscando y sus probabilidades de convertirse en clientes son muy bajas, por lo que podemos descartarlos.
Leads cualificados para marketing: estos usuarios tienen interés por lo que ofrecemos pero aún no están listos para comprar. Por tanto, el siguiente paso a seguir es incorporarlos a nuestra base de datos para enviarles comunicaciones de marketing.
Leads cualificados para ventas: estos usuarios ya están listos para recibir una oferta y convertir. Normalmente, en este momento pasan a ser responsabilidad del departamento de ventas.